Sin lugar a
dudas una de las mejores almejas que encontramos en nuestros mercados es la de
Carril (Villagarcía de Arousa/Pontevedra).
No es extraño
que consigan este manjar de Dioses con unas aguas tan ricas en nutrientes y con
un cuidado tan esmerado del producto desde su siembra a su venta en la lonja.
Por cierto espectacular de ver si tenéis la oportunidad de pasar por Carril.
Hoy vamos a
hacer una preparación típica de tierras gallegas, con un resultado de salir por
la puerta grande y fácil de elaborar.
Como casi
siempre en la cocina la diferencia principal del resultado del plato estará en
la calidad del marisco que vais a utilizar.
INGREDIENTES
1 kg de almeja de
Carril (fina o babosa).
1 cebolleta.
½ pimiento rojo.
2 dientes de
ajo.
Azafrán.
100 ml. de vino
blanco Albariño.
Harina de trigo.
Perejil.
Sal.
Pimentón de la
vera dulce.
PREPARACIÓN
Previamente a la preparación del plato tenemos que poner las almejas
durante una hora aproximadamente en un bol grande con agua y un puñado de sal
gruesa. Si tenéis la suerte de vivir cerca del mar utilizar agua de mar y
notaréis una diferencia de sabor importante.
En este caso utilicé una garrafa de agua de mar obtenida en el
propio Carril. Hay que destacar que estas almejas están muy bien depuradas por
lo que apenas encontraréis tierra. Sueltan gran cantidad de baba, señal de su
excelente calidad y aguante viva fuera del agua. Una carne fina y sabrosa la
confiere el marchamo de producto excepcional.
Picamos finamente la cebolleta, el pimiento rojo y los dientes de
ajo pelados.
Picamos el perejil. Reservamos.
En una cazuela con AOVE rehogamos las verduras con una pizca de sal.
Las almejas aportarán la sal necesaria cuando se abran. En el momento que las
verduras estén hechas añadimos una cucharada de harina, una cucharadita de
pimentón y una pizca de azafrán (molido en el momento). Removemos para que la
harina no se queme y vertemos el vino Albariño. Damos un hervor y añadimos las
almejas limpias y escurridas. Removemos de nuevo y esperamos a que las almejas
se abran. Una vez abiertas tapamos un minuto el conjunto. No dejéis mucho
tiempo las almejas al fuego porque perderán textura.
Servimos inmediatamente con perejil picado por encima.
Ni que decir tiene que este plato hay que acompañarlo de un buen
vino blanco Albariño fresco, si puede ser el mismo que hemos utilizado para el
guiso.
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