Seguimos
aprovechando las fresas de temporada para incluirlas en esta receta con diversas texturas. Esta magnífica fruta nos permite acabados con un magnífico
nivel de color y sabor.
INGREDIENTES
1 solomillo de
cerdo ibérico de Guijuelo (o de otros lares...)
Fresas.
100 ml. de nata
líquida para cocinar.
Mantequilla.
150 gr de queso
fresco.
2 chalotas.
200 ml. de licor
de fresa.
Esencia de
vainilla.
Agar-agar.
Cebollino.
Aceite de oliva
virgen extra.
Sal.
Pimienta.
PREPARACIÓN
Para hacer la gelatina yo utilizo el aguardiente de fresa que hago
en casa. Podéis utilizar cualquiera de los licores de fresa que se venden
embotellados.
Calentamos el licor en un cazo, flambeamos y tapamos. Llevamos a
ebullición e incorporamos el agar-agar disuelto en una cucharada de agua.
Disolvemos y vertemos en un recipiente de fondo plano. Dejamos enfriar.
En un cazo calentamos una cucharada de AOVE y otra de mantequilla.
Picamos las chalotas y lo incorporamos al cazo, salando ligeramente. Una vez
pochadas añadimos el queso fresco, la nata y unas gotas de esencia de vainilla.
Componemos la crema durante 5 minutos a fuego medio. Trituramos, pasamos por un
colador y reservamos.
Lavamos las fresas, secamos y fileteamos, dejando las puntas un poco
más gruesas para la decoración. Reservamos.
La receta se puede hacer con solomillo de cerdo blanco pero si
tenéis oportunidad utilizar el ibérico. Las pequeñas vetas del cerdo ibérico van
a aportar al plato una jugosidad y un sabor únicos. Limpiamos el solomillo de
cerdo ibérico y lo cortamos en medallones de 2 cm. aproximadamente. Salpimentamos.
En una plancha muy caliente con AOVE se marcan levemente los
medallones por todos los lados. Tenemos que cuidar mucho no pasarnos con el
punto de cocción para evitar que la carne quede seca.
Emplatamos colocando las rodajas de fresa formando un círculo. Llenamos
el círculo con la crema de queso a la vainilla. Cortamos la gelatina en
porciones similares a los medallones de solomillo y colocamos encima. Ponemos
el solomillo sobre la crema de queso. Terminamos de decorar con las puntas de
las fresas y el cebollino.
Es un plato que se puede degustar caliente o a temperatura ambiente.
Está en la imaginación de cada uno el decorarlo de múltiples formas. Yo os
sugiero una presentación para mayores y otra para peques.
Espero que lo disfrutéis…
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