Con un buen
trozo de bacalao y muy pocos ingredientes podemos realizar una receta
estupenda. Como resultado de confitar el pescado obtendremos una carne muy jugosa y suave. Disfrutarlo...
INGREDIENTES
4 trozos de lomo
de bacalao.
6 dientes de ajo.
2 hojas de
laurel.
2 guindillas
grandes secas.
Aceite de oliva
virgen extra.
Pimienta negra
en grano.
Sal.
PREPARACIÓN
Podemos utilizar bacalao desalado o Skrei en temporada. Si
utilizamos bacalao en salazón realizamos el correspondiente desalado
previamente.
Tres días antes introducimos en un tarro grande tres dientes de ajo pelados,
el laurel, unos granos de pimienta y los cubrimos de AOVE. Tapamos y reservamos
en un lugar fresco.
Comenzamos la preparación final cortando las guindillas y eliminando
las semillas. Hacemos láminas con cuatro dientes de ajo. Reservamos.
Si el bacalao es fresco salamos ligeramente.
Colamos el AOVE que tenemos en el tarro. Lo vertemos en un cazo
junto con las guindillas. Calentamos procurando que no llegue a hervir durante
cinco minutos, lo ideal sería mantenerlo entre 60º y 70º. Retiramos las
guindillas y vamos confitando los trozos de bacalao durante 10 minutos si el
grosor es grande. Controlar siempre la temperatura del AOVE, queremos que el
bacalao quede muy jugoso y no se pase.
En una sartén freímos tres dientes de ajo laminados. Una vez fritos
los sacamos a papel absorbente para que se mantengan crujientes y reservamos.
Emplatamos los trozos de bacalao regados con el AOVE. Decoramos el
plato con los ajos crujientes y unos aros de guindilla.
Tenedor, pala y a atacar… Vais a encontrar un pescado con una
jugosidad y sabor sublimes.
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