lunes, 23 de septiembre de 2013

Solomillo de cerdo ibérico con crema de tres pimientas



En clase de química siempre me sorprendían los elementos que muchas veces están presentes y sirven para multitud de experimentos. Y creo que en la cocina encontré uno hace tiempo que reúne todas las características para ser indispensable en nuevas creaciones. Aunque el nombre no sea todo lo “gourmet” que a muchos les gustaría ese personaje tan especial es el “cerdo”.
“¿Cerdo?”, pues sí. Pedazo de animal. Aunque en algunas culturas esté denostado, por diversas razones, aquí, en España, podemos disfrutar de esa carne deliciosa, alimentada en dehesas con nutrientes que a muchos integrantes de nuestra dieta les gustaría catar. Por supuesto estoy hablando del cerdo ibérico. Dehesas de Extremadura, de Andalucía, Castellanas, incluso portuguesas, que unen la excelencia del ganado al buen hacer de mucha gente que trabaja duro día a día para ofrecernos un producto de calidad extrema.
Y entre las muchas piezas a disfrutar hoy volvemos a elegir un solomillo de cerdo ibérico de la dehesa salmantina. Los aromas de la uva malvasía de un vino blanco de los Arribes (Salamanca o Zamora) en una crema de pimientas será el acompañante perfecto en el plato.


INGREDIENTES
1 solomillo de cerdo ibérico de Salamanca.
1 cebolleta grande.
1 diente de ajo.
100 ml de caldo de carne concentrado.
50 ml. de nata para cocinar.
50 ml. de vino blanco D.O Arribes del Duero.
2 huevos.
Harina de trigo.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal.
Pimienta negra en grano.
Pimienta roja en grano.
Pimienta verde en grano.
Hojas de menta.
Zanahorias.
Curry Mild.
PREPARACIÓN
Cortamos la cebolleta en brunoise y picamos el ajo finamente. En un cazo con dos cucharadas de AOVE pochamos la cebolleta, el ajo y granos de pimienta negra/roja/verde. Salamos. Cuando la cebolleta esté transparente añadimos una cucharada de harina y removemos. Incorporamos el vino blanco y flambeamos. Vertemos el caldo concentrado de carne y la nata líquida. Cocemos cinco minutos y trituramos. Colamos. Rectificamos de sal.
Limpiamos el solomillo de cerdo ibérico. Fileteamos y salamos. Batimos los huevos con una pizca de sal.
Enharinamos los filetes de solomillo, pasamos por huevo y freímos en AOVE bien caliente. Importante no pasarnos de tiempo para que el solomillo quede jugoso. Una vez dorados pasamos a papel absorbente.
Emplatamos colocando los medallones de solomillo ibérico en el plato, napamos con la crema de tres pimientas caliente. Sobre la crema ponemos unas hojas de menta.
Como guarnición he elegido unas zanahorias al curry, darán un buen contraste cromático y aromático.
Acompañarlo con un vino malvasía a buena temperatura para cerrar un círculo culinario muy especial.
Tenedor, cuchillo y… espero que disfrutéis.


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