En clase de
química siempre me sorprendían los elementos que muchas veces están presentes y
sirven para multitud de experimentos. Y creo que en la cocina encontré uno hace
tiempo que reúne todas las características para ser indispensable en nuevas
creaciones. Aunque el nombre no sea todo lo “gourmet” que a muchos les gustaría
ese personaje tan especial es el “cerdo”.
“¿Cerdo?”, pues
sí. Pedazo de animal. Aunque en algunas culturas esté denostado, por diversas
razones, aquí, en España, podemos disfrutar de esa carne deliciosa, alimentada
en dehesas con nutrientes que a muchos integrantes de nuestra dieta les
gustaría catar. Por supuesto estoy hablando del cerdo ibérico. Dehesas de Extremadura,
de Andalucía, Castellanas, incluso portuguesas, que unen la excelencia del
ganado al buen hacer de mucha gente que trabaja duro día a día para ofrecernos
un producto de calidad extrema.
Y entre las
muchas piezas a disfrutar hoy volvemos a elegir un solomillo de cerdo ibérico
de la dehesa salmantina. Los aromas de la uva malvasía de un vino blanco de los
Arribes (Salamanca o Zamora) en una crema de pimientas será el acompañante
perfecto en el plato.
INGREDIENTES
1 solomillo de
cerdo ibérico de Salamanca.
1 cebolleta
grande.
1 diente de
ajo.
100 ml de caldo
de carne concentrado.
50 ml. de nata
para cocinar.
50 ml. de vino
blanco D.O Arribes del Duero.
2 huevos.
Harina de
trigo.
Aceite de oliva
virgen extra.
Sal.
Pimienta negra
en grano.
Pimienta roja
en grano.
Pimienta verde
en grano.
Hojas de menta.
Zanahorias.
Curry Mild.
PREPARACIÓN
Cortamos la cebolleta en brunoise y picamos el ajo finamente. En un
cazo con dos cucharadas de AOVE pochamos la cebolleta, el ajo y granos de
pimienta negra/roja/verde. Salamos. Cuando la cebolleta esté transparente añadimos
una cucharada de harina y removemos. Incorporamos el vino blanco y flambeamos.
Vertemos el caldo concentrado de carne y la nata líquida. Cocemos cinco minutos
y trituramos. Colamos. Rectificamos de sal.
Limpiamos el solomillo de cerdo ibérico. Fileteamos y salamos.
Batimos los huevos con una pizca de sal.
Enharinamos los filetes de solomillo, pasamos por huevo y freímos en
AOVE bien caliente. Importante no pasarnos de tiempo para que el solomillo
quede jugoso. Una vez dorados pasamos a papel absorbente.
Emplatamos colocando los medallones de solomillo ibérico en el
plato, napamos con la crema de tres pimientas caliente. Sobre la crema ponemos
unas hojas de menta.
Como guarnición he elegido unas zanahorias al curry, darán un buen contraste
cromático y aromático.
Acompañarlo con un vino malvasía a buena temperatura para cerrar un círculo culinario muy especial.
Acompañarlo con un vino malvasía a buena temperatura para cerrar un círculo culinario muy especial.
Tenedor, cuchillo y… espero que disfrutéis.
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